Energía



Dicen que los que dizque somos introvertidos necesitamos recuperar energías cuando hablamos con alguien...o alguna cosa así. Esta semana renuncié a uno de mis trabajos, era especial porque fue el primer empleo que tuve después de la super-crisis que de hace unos tres años. Siempre será especial porque fue el empleo que me encaminó a estar en donde estoy ahora. Tengo clarísimo que no me hace quien soy, eso es algo que me he encargado de construir con el paso del tiempo. Pero salir y renunciar requirió tanto de mis energías -y tratándose de mí, por ser una persona en extremo ansiosa y paranoica- que me siento agotada por haberlo pensado, por haberlo hecho y por haberlo procesado. Lo último aun duele, porque después de tanto tiempo y tratándose de un trabajo al que le tienes cariño lo menos que esperas es, cuando menos, una reacción medianamente honesta, interesada o cuando menos dulce. Esas tonterías me parten el corazón. Mi nostálgico y sentimental pedazo de corazón que he tratado de cuidado procurando que nadie lo lastime. 

Una parte (gran parte) está orgullosa y satisfecha. Cumplí con lo que me prometí a mí misma hace precisamente tres años: no permitir que alguien me hiciera sentir menos, miserable o utilizada de cierta forma. O permitirlo. Hay cosas que no pueden evitarse, porque en medio de toda la diversión que implica mi trabajo, cuando menos me doy cuenta es que suceden estas cosas. Por lo menos puedo palmearme el hombro por haber hecho algo al respecto (o al menos haberlo notado). 



 "It is what it is". Eso no le quita el sabor amargo que me dejó y la sensación de cansancio que tengo en este momento. No ocurrió como esperaba (¿cuándo lo hace?), pero no esperaba semejante indiferencia. Tal vez soy una reina del drama. ¿A quien no le gusta?. Creo que lo que en realidad me hubiera gustado pudo ser una maldita nota de agradecimiento, o un comentario agradable. Por eso insistí arriba...tal vez no lo noté a tiempo como quisiera, pero pude hacer que se detuviera. Igual duele. Todo esta doliendo ahora mismo. A veces pienso que se trata del agotamiento acumulado de todo el año. Estoy rezando porque termine y no porque esté siendo uno malo...pero ha sido agotador, tedioso y...complejo. Necesito un descanso. 

Ahora solo me siento como flotando por ahí, sin estar moviéndome en realidad, como si alguien hubiera presionado el botón de ralentizar. Me siento agotada, física y emocionalmente, y sé que es una tontería, pero cerrar capítulos en tu vida cuesta energía. (Más aun cuando tienes algunas conductas autodestructivas o por lo menos impulsivas y arriesgadas). Me cuesta dormir, me cuesta planear, me siento lenta...algo sola y algo triste. Eso ultimo va y viene. Aunque insisto que es el agotamiento.


En medio de esa maraña de cosas, llego a la misma conclusión que siempre, agotada o no: estoy destinada a trabajar sola y a confiar únicamente en las cosas que hago personalmente. Aquí es donde Miranda Priestly dice: Lo cierto es que nadie puede hacer lo que yo. ¿Arrogante? Si. Obvio. Pero en mi experiencia es cierto. Las cosas están mejor cuando las hago yo. Tristemente es cierto. Eso y que los mandos medios siempre serán unos perfectos imbéciles, desorganizados y cínicos. En este momento tengo todo el derecho de escupirlo. (...) Pero en fin. Como todo, dolerá un par de días, yo lameré mis heridas en mi hogar y seguiré...y seguiré. Con o sin presiones, agotamientos y corazones lastimados. Es lo malo de casarte con tu trabajo. A veces puede portarse como una maldita.

Supongo que seguiré comiendo, metiendome azúcar, viendo cosas en la tele...en mi capullo. Ahí nadie puede joderme, al menos hasta que me recupere.

Tengo mucho que hacer. Hay que pensar.

mi blog se llenó de Benedict Cumberbatch tan gradualmente que no me di cuenta








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