Descarga


Hay días en los que te quiebras, sea porque vienes acumulando pendejadas, porque lógicamente suceden cosas tristes, o en mi caso porque en cierto momento tu cabeza te traduce eso que necesitas. 

Eso acaba de pasarme. Esta mañana traté de hacer una ronda de ejercicios fuerte. La cual logré y me gocé. Sentí que saqué todo el enojo y frustración que tenía por dentro de los últimos días por cosas que han ocurrido en casa. Era una sesión de kickboxing, por cierto, por lo que terminé realmente agotada entre tanto puño y patada y lo que sea que estuviera haciendo, porque a veces sufro de una descoordinación crónica. Como sea, cuando terminé, algo me hizo clic en mi cabeza y solo podía pensar en que extraño mi maldito trabajo. Y por alguna razón siento que perdí una parte de algo que me apasionaba. Estoy molesta con prácticamente todo el mundo, y entiendo que una enorme parte de esto es por todo el encierro. No he visto a mi novio en semanas y eso también me está matando.


Extraño esas partes de mi vida, pero la incertidumbre es tanta que pensar en como voy a salir de esto (en especial por mi trabajo) me deja un nudo en la garganta. Cuando terminé mi rutina, suspendí mi portátil y me acosté un rato sobre la estera de ejercicios porque me entraron unas ganas de llorar horribles. No sé cuanto tiempo duré ahí tumbada, ni si alguien me escuchó, aunque lo dudo por el lugar en el que estaba. Todas las cosas tristes de esta última semana y las que me habían generado toda esa frustración me golpearon. ¿Has sentido cuando una emoción te embarga tanto que no puedes pararla? Como...no sé, agua que sale por una compuerta? Algo así. Me dolió el pecho y la garganta, y siento que esta entrada de blog se volvió un mal fanfic angst. 

Lo peor es que no hace mucho que había llorado de esa forma, aunque esa vez fue en a la mitad de la noche. Justamente cuando no podía hacer ni un solo ruido, y creo que no hay forma mas triste de llorar que cuando no puedes dejar que te escuchen, o cuando sabes que de igual forma nadie nunca lo va a hacer. 

Hoy lloré por mi trabajo, porque ya no me siento útil para ni una mierda. Sé en lo más profundo de mí que no es cierto, pero el sentimiento es mas grande. Extraño sentir que tengo la capacidad de hacer algo bueno por la gente, extraños o familia. Extraño la sensación de estar avanzando. Esto en realidad no es culpa de nadie, por más que quiera seguir sintiendo que en parte tengo responsabilidad. No le quita lo horrible, ni la sensación espantosa de incertidumbre. De pensar que podría estar haciendo algo más útil con mi tiempo, o de que mis recursos nunca son suficientes para hacerle frente a todo esto.  Extraño ayudar. Y extraño que algunos me escuchen.

También lloré por ira, claro. Lloré porque algunos comentarios horribles retumban, porque algunas experiencias feas del pasado escogieron hacer un lindo comité para mí y recordarme que estuve ahí. Lloré incluso por envidia y por injusticia. Y llore porque algunos no devolvieron esas cortesías que tal vez tuve en ese momento de necesidad. Siempre digo esto cuando escribo algo similar, pero, no quiero hacerlas de mártir. Soy afortunada en muchísimas cosas, pero eso no significa que deba tener culpa por sentirlas.


Hoy lloré tanto y tan fuerte que tuve que darme un momento para recuperar el aire, tratar de arreglarme para no levantar sospechas. Porque además estaba el patético hecho de que era un desastre en medio de las lágrimas y el sudor del ejercicio, toda yo era un asco, por dentro y por fuera. No recuerdo haberme sentido tan, pero tan horrible. Sin embargo cuando me levanté era como si hubiera dejado de sentir. No podía pensar en nada. Ni en lo que me enojaba, ni en lo que me ponía triste, en nada, jodidamente nada. Me bañé, lloré otros cinco minutos, y traté de ser lo más amable que pude conmigo misma. Afortunadamente nadie noto nada. Y soy buena guardando silencio. Cuando quiero, obviamente. Fue una locura.

Ahora mismo me siento agotada, tengo sueño, pero estoy mas calmada y algo mas liviana. Pero no puedo pensar en nada. Es raro. Y pueden pensar lo que quieran de mí, pero es algo hasta reparador. Siento que el tiempo va muy rápido pero no puedo y no quiero moverme tan rápido. Solo quiero envolverme en algo suave y si puedo, llorar otro rato. No quiero hablar con nadie, porque volveré a enojarme y no quiero eso. Todo me agota. Lo más triste de todo es que si llega algo de trabajo, también me agotaré. Hoy no tengo fuerza de nada.

Perdonen si adorné todo con tantos detalles...

Comentarios

Entradas populares