Admitir Nostalgia (¿?)


No voy a mentir. Mi trabajo es una parte de mi vida. Una muy importante. Pero no la única.Y si, aunque hace unos meses aquí mismo estaba chillando porque no podía salir a hacer lo que se mejor, con el paso del tiempo me doy cuenta de lo mucho que extraño mi vida (o la vida en general) como era.

Me deprime pensar en que las cosas no serán como antes. Me deprime pensar en que la gente es estúpida, tan estúpida y a pesar de todo el caos de allá afuera, no entiende. Me deprime pensar en que no puedo salir y ver o compartir con mis amigos. Y cuando trato de no pensar en eso, acabo por pensar en unos años atrás. En el sol y la playa junto a la ciudad. Trato de no entrar allí a menudo (al menos no por ahora). 

Me deprime el ánimo de todos en general. Y más que enfurecerme, de nuevo, me deprime pensar en que ya es agosto y el mundo sigue detenido. Todos los planes, todas las expectativas...todo a la basura. Casi medio año a la basura. Me consuela el saber que el inicio de año fue demasiado épico.

Una pena que haya quedado hasta ahí. Incluso el ver las fotos de ese viaje me hacen darme cuenta de que como que el mundo tenía más color en ese entonces.

Ahora, si, claro, tengo salud, gracias al cielo, igual que mi familia y amigos. Aunque si bien es cierto que uno no valora lo que tiene hasta que lo pierde, el malestar de no poder vivir igual que hace unos meses es un fastidio.

Quisiera tener todas las respuestas y me gustaría tener casi siempre las pilas al 100%, pero me cuesta. Le echo la culpa al hecho de no poder ver a mi novio o a mi mejor amiga como solía hacerlo. Ellos me recargaban. En serio odio esto, también odio mi indecisión. Odio no saber si quiero descansar o trabajar, porque ese es el otro asunto, también me siento drenada, cansada, agotada en muchas formas. No voy a negar que el poder usar mi bici ha sido una ventaja. He ahorrado en muchas cosas, pero extraño otras. Y como dijo Homero, quiero comer carne en lugares exóticos, quiero vivir, Marge, déjame vivir por favor...

Cualquiera que lea esto diría algo como que tengo problemas del primer mundo o problemas de blanquitos o de gente rica. Ahh si, se me olvidaba, esa es otra cosa que me deprime. Hasta entrar en facebook me deprime, todos están quejandose, pero no de esta forma, de pronto de una forma menos sutil, mas brusca, mas animal. Aun si tienes alguna buena intención, postear algo termina volviéndose un tedio. Todo es malo. Todos son críticos, todos tienen la respuesta, todos saben pero nadie hace. Todos esos me agotan también.

Hay días en los que me levanto y quiero seguir en la cama. En los que me digo a mi misma que nadie en ese momento me necesita, así que no hay caso en tratar de levantarme, que puedo quedarme ahí un rato más, posiblemente metida en pensamientos sin forma o exquisitamente irreales. Pero eso se acaba en algún momento. Siempre. Se habrá alguien que pida algo y por ahora, para bien o para mal alguien va a necesitar algo de mí. Lo digo con toda la humildad del mundo. En este momento me agota pensarlo, pero mi propia cabeza me dice que no hay forma de parar.

No se puede.

No si me enfermo, no si tengo un mal día, no si tengo un tropiezo. Y es la verdad. No se puede parar. No ahora.

Ojala hubiera un botón de reinicio o algo así. Moriría por estar en San Diego o por estar en la playa de nuevo...

Comentarios

Entradas populares