[♥] No es tan malo estar infectado.


Hoy creí que seria el mismo día de siempre. Que saldría, que tendría mi clase, que volvería. Pero resulto que fue todo lo contrario. Tal vez si salí, tal vez si fui a clase, pero sin embargo no volví. Y no volví simplemente porque no pude, porque no quise. Me fue completamente imposible volver, después de todo y como siempre, se trataba de él. La persona que muchas veces parece hacerme la vida imposible, pero que siempre termina haciéndolo todo más emocionante. Podría durar aquí dos horas tratando de escribir un poema en gíglico sobre lo ocurrido, pero ese tipo de cosas no pueden describirse -y mucho menos en gíglico-. No se realmente si fue que no quería o no podía, en ese tipo de situaciones ambas cosas parecen ser lo mismo. La semana llena de estrés termino siendo una de mis famosas explosiones de colores y ruidajos.

Hoy simplemente el me hizo ver que aunque ante mis ojos yo pareciera un ridículo payaso -frente al espejo- todos los días, el siempre me verá de la misma manera: sinceramente prefiero guardarme esa suave expresión que utilizó para referirse a mí, que utilizo conmigo y sólo conmigo –cosa que la hace una expresión casi deliciosa- . Esto no es un poema, ni nada que se le parezca. Es el intento de juntar mis pensamientos y sintetizarlos en un relato medianamente coherente. No esta bien redactado, y realmente no me interesa redactarlo bien, lo entiendo yo y es lo único que me importa. Porque así, en medio de este desorden de palabras mal acomodadas, es donde se conserva la magia de ese momento. Un eterno caos. Porque eso fue. Todo daba vueltas, nadie era nadie, nadie le decía a nadie que hacer, las cosas seguían su curso natural y no había poder suficiente –ni voluntad- para detener la fuerza del momento. Y es que simplemente fue algo mutuo. Fue como si coqueteáramos, lo sabíamos pero lo ignoramos. Lo notamos luego de que todo terminó, sólo que haberlo sabido hasta ese entonces, fue lo que lo hizo especial a la hora de darnos cuenta. Fue casi como una chispa que nació al mismo tiempo en la cabeza del otro. Todo fue…Inevitable, y lo sabíamos incluso antes de entrar. Psch, siempre con esas costumbres de fingir demencia… En el fondo ambos somos igual de listos en ese tipo de situaciones.

Y es que fue como una enorme corriente. Intentamos detener esa gran cascada de pensamientos racionales e irracionales con nuestras propias manos sabiendo que al final terminaríamos rindiéndonos. Nos dejamos infectar, pero la enfermedad era tan dulce, que ninguno podría haber durado mucho.

Cuando conseguí volver, ya era demasiado tarde. Nada había sucedido como se había planeado. El camino de regreso daba la sensación de volver en el tiempo. Había algo en el aire que me hacia sentir mas incómoda de lo normal, algo había cambiado, algo había florecido en lo profundo y ese algo producía una luz tan cálida que daba la sensación de que el momento se repetía una y mil veces. Parecía que hubieran miles de ojos sobre mí, pero realmente nadie prestaba atención. Era como ser un fugitivo. Me sentía como una. El día soleado se extinguió lentamente y curiosamente pasó a ser uno lluvioso. La lluvia que siempre nos acompaña en esas ocasiones llegaba para recordarnos que el momento ocurrió porque sencillamente debió ocurrir; porque era un regalo del cielo…

Ahora simplemente nos queda cerrar los ojos, dormir, y encontrarnos del otro lado para seguir con la escena…

 

 
Sore ga, Ai deshou…

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